El Santiago Bernabéu: el desafío de ser un estadio multifunción
La última reforma lo ha convertido en un estadio referente a nivel mundial, pero también ha traído la polémica

El Santiago Bernabéu, como otros grandes y míticos estadios, es un icono del fútbol con una historia de más de siete décadas y una ambición reciente por convertirse en un centro cultural y de eventos 360° capaz de albergar conciertos, congresos, espectáculos y grandes acontecimientos deportivos. Tras una reforma integral que ha transformado su aspecto y sus capacidades, el Bernabéu se enfrenta ahora al reto de compatibilizar actividad cultural y vecindario.

¿Por qué convertirlo en recinto para conciertos y eventos?
El objetivo declarado por el club fue transformar el estadio en un lugar multifunción: que genere ingresos regulares durante todo el año (museo, tours, eventos) y que pueda acoger macroconciertos, festivales o incluso eventos deportivos de otras disciplinas (partidos de selecciones, finales internacionales, etc.). En la era de los grandes activos deportivos, maximizar el uso de un inmueble tan céntrico es tanto una decisión económica como estratégica.
La remodelación lanzada a finales de la década de 2010 convirtió al Bernabéu en un estadio de nueva generación. Entre las intervenciones más relevantes figuran:
- La famosa cubierta retráctil que permite cubrir totalmente el terreno de juego y proteger las gradas.
- La envoltura exterior metálica y moderna que cambia la fisonomía urbana del recinto.
- Un
césped retráctil y sistemas de iluminación y pantallas 360º para eventos multimedia.
- Nuevas zonas comerciales, restaurantes, un museo ampliado y aparcamiento subterráneo, pensados para generar actividad fuera de los días de partido. Bernabéu Página Oficial
Los planes iniciales hablaban de una inversión de alrededor de 525 millones de euros, las cuentas finales y los sucesivos ajustes han elevado la cifra hasta superar los 1.300 millones de euros según comunicados y publicaciones recientes. Esa escalada refleja la complejidad técnica (estructura móvil, cubierta, obras urbanísticas colindantes) y el sobrecoste habitual en macroproyectos.
En cuanto al aforo, las cifras oficiales y los registros públicos sitúan el estadio en torno a los 81.000 espectadores tras la reforma. El diseño, eso sí, prioriza la calidad de la experiencia: más acogedor, mejores accesos y visibilidad, y áreas para eventos corporativos.

El museo: turismo e ingresos
Una de las grandes apuestas del complejo del Santiago Bernabéu es su museo y experiencia turística integrada: el llamado Tour del Bernabéu. Este recorrido incluye no solo la exposición de trofeos, camisetas históricas, vídeos y documentos del club, sino el acceso a zonas exclusivas como vestuarios, túneles, banquillos o la vista desde el césped. Con la reforma y la modernización de las instalaciones, el museo se ha convertido en un motor económico fundamental para la explotación del estadio durante todo el año.
Antes incluso de la última reforma, el museo y tour eran muy populares: llegaba a recibir más de 1 millón de visitantes anuales, algo que lo situaba entre los museos más visitados de Madrid y, en algunos rankings, incluso por encima de instituciones tradicionales de arte y cultura. Con la reforma y la mayor promoción del Tour del Bernabéu, fuentes recientes estiman que hoy el número de visitantes puede situarse entre 1,3 y 1,8 millones al año. Este volumen convierte al Bernabéu en uno de los puntos turísticos más concurridos de la capital española, rivalizando incluso con museos como el Prado o el Reina Sofía en términos de visitantes (y superándolos en ingresos por entradas).

La polémica de los conciertos y el exceso de ruido.
Aunque la idea de convertir el Bernabéu en un gran auditorio urbano tiene sentido económico, la convivencia con el barrio ha sido tensa. Desde que comenzaron a celebrarse conciertos y macroeventos, han surgido numerosas quejas vecinales por ruido, suciedad, afluencia y molestias. Las protestas llegaron a tal punto que el club decidió suspender temporalmente los conciertos programados tras reclamos reiterados de los residentes y tras la mediación con el ayuntamiento y autoridades competentes. Los medios informaron de que la suspensión se aplicó al menos hasta los primeros meses siguientes (con llamadas a replantear horarios, medidas acústicas y logística de limpieza). Este episodio ilustra el dilema central: compatibilizar el uso intensivo de un equipamiento urbano con la calidad de vida en un barrio densamente habitado.
Las quejas se han centrado en varios puntos concretos: niveles de presión sonora durante montajes y conciertos, vibraciones, gestión de entradas y salidas en horarios nocturnos, y limpieza/ocupación de calles colindantes. Las soluciones propuestas incluyen límites de decibelios, cambios en horarios de fin de evento, mayor presencia de control de tráfico y planes de limpieza y seguridad reforzados; la negociación entre club, Ayuntamiento y asociaciones de vecinos sigue siendo clave.
Es evidente que este estadio, por su ubicación y lo que representa, se ha convertido en un icono para la ciudad de Madrid como lo pueden ser el Museo del Prado o la Puerta del Sol. La reforma ha dotado a Madrid de un equipamiento cultural y deportivo de primer nivel —con tecnología avanzada y capacidad de generar ingresos durante todo el año— pero también ha obligado a afrontar desafíos de convivencia vecinal que no son triviales: ruido, logística y gestión de macroeventos en un entorno urbano denso.
El futuro del Bernabéu dependerá tanto de su capacidad para atraer grandes eventos como de su habilidad para negociar soluciones que minimicen el impacto sobre el barrio: límites acústicos efectivos, calendarios razonables, gestión urbana eficiente y compromisos claros por parte del club.
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