Regreso al futuro: una experiencia que marcó a toda una generación en España
Con motivo de su 40 aniversario se vuelve a proyectar en los cines esta mítica película que dio lugar a dos secuelas

Han pasado cuatro décadas desde que Regreso al futuro (Back to the Future, 1985) llegó a los cines y revolucionó la forma de vivir el cine de aventuras y ciencia ficción. Dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Michael J. Fox, la película no sólo se convirtió en un éxito global; también redefinió la experiencia del espectador, que por primera vez veía cómo la emoción, la comedia y el viaje en el tiempo podían convivir en una misma historia.
Vale que la película tiene algunos fallos de guion y que para los amantes de la ciencia-ficción meter a esta película en el género es una aberración, pero nadie puede negar el impacto emocional que produjo en mucha gente, sobre todo entre los adolescentes de la época.

El estreno tardío en España y su adaptación a nuestra realidad
Mientras en Estados Unidos se estrenaba el 3 de julio de 1985, en España tuvimos que esperar hasta el 2 de diciembre del mismo año. Ese retraso de casi cinco meses hizo que llegara rodeada de expectación: la prensa hablaba del nuevo fenómeno americano y las revistas de cine destacaban su éxito en taquilla.
Y no era para menos: con un presupuesto de apenas 19 millones de dólares, la película recaudó más de 380 millones en todo el mundo, convirtiéndose en la más taquillera de 1985. En España, según el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), Regreso al futuro superó los tres millones de espectadores y rozó los seis millones de euros de recaudación —un hito para la época.
Pero más allá de los números, lo que marcó la diferencia fue la experiencia colectiva: ver Regreso al futuro era un evento. Las colas en los cines, las conversaciones después de la sesión, la sensación de estar asistiendo a algo “moderno” y diferente a todo lo que habíamos visto antes.
Uno de los detalles más curiosos para el público español fue el cambio de marcas en el doblaje. En la versión original, cuando la madre de Marty (en 1955) ve su ropa interior y cree que se llama “Calvin Klein”, en la versión doblada para España ese nombre se cambió por “Levi Strauss”. En 1985 la marca Calvin Klein era prácticamente desconocida en España, mientras que Levi’s era todo un símbolo juvenil. El cambio no fue arbitrario: los traductores buscaban hacer la película más cercana al público local, que debía entender la broma sin perder el ritmo cómico.
Ese pequeño ajuste es un ejemplo perfecto de cómo el doblaje puede influir en la experiencia del espectador. En lugar de sentir distancia, los espectadores españoles se rieron con la referencia y sintieron la historia más suya.
Además, el doblaje en sí se convirtió en parte de la identidad del film en nuestro país. Frases como
“Doc, tenemos que volver al futuro”
o
“¿A dónde vamos no necesitamos carreteras” quedaron grabadas en la memoria colectiva gracias a la excelente labor de los actores de voz españoles.

El DeLorean: un coche convertido en mito
Si hay un objeto que simboliza Regreso al futuro, ese es el DeLorean DMC-12, el coche-máquina del tiempo que Doc Brown transforma en vehículo para viajar al pasado y al futuro.
En los años 80, muy pocos españoles habían visto un DeLorean en la vida real. Su diseño futurista, con carrocería de acero inoxidable y puertas de ala de gaviota, lo convirtió en un icono instantáneo. Cuando aparecía en pantalla dejando dos líneas de fuego tras alcanzar las 88 millas por hora, el público contenía la respiración.
El DeLorean representaba algo más que un coche: era la materialización del sueño de escapar del presente, de controlar el tiempo, de corregir los errores del pasado. Para el espectador español, que vivía un momento de modernización tras los primeros años de democracia, ese símbolo conectaba con una idea poderosa: la del cambio y la esperanza en el futuro.
Hoy sigue siendo uno de los coches más recordados del cine, y en España existen incluso asociaciones y réplicas a tamaño real exhibidas en eventos de fans. Verlo sigue despertando la misma fascinación que hace cuarenta años.

Anécdotas que alimentan la leyenda
Regreso al futuro también se recuerda por sus historias detrás de cámara, que el público español descubrió con el tiempo:
- Cambio del actor protagonista: inicialmente interpretado por Eric Stoltz, fue sustituido por Michael J. Fox a mitad del rodaje. Su energía cómica cambió el tono de la película y le dio el carisma que todos recordamos.
- Rodaje contrarreloj: Universal adelantó el estreno, y el equipo tuvo apenas nueve semanas de postproducción. Pese a la presión, el resultado fue impecable.
- Velocímetro trucado: el velocímetro del DeLorean fue modificado para mostrar 88 mph, ya que los coches de la época no marcaban tanto.
- Éxito inesperado: los pases de prueba en EE. UU. fueron tan positivos que los estudios multiplicaron las copias para su distribución global, incluida España, donde agotó sesiones durante semanas.
Cuarenta años después, Regreso al futuro sigue siendo mucho más que una película: es una experiencia emocional, cultural y sensorial que ha sobrevivido a su propio tiempo.
En España, su impacto fue doble: por un lado, nos descubrió un nuevo tipo de cine, más dinámico, divertido y espectacular; por otro, nos hizo mirar al pasado con ternura y al futuro con ilusión.
El doblaje adaptado, el DeLorean convertido en mito, la mezcla de humor y emoción, y la posibilidad de revivirla en pantalla grande hacen que su magia siga intacta.
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